El viento azota las persianas y escucho el débil silbido que provoca en las ranuras de las ventanas. Tu mano sigue sobre mi muslo y te respondo con roces en tu pecho. La cándida sonrisa que alcanzo a adivinar en tu rostro me enternece y unos momentos antes nos mirábamos con fijeza casi desesperada tratando de pertenecernos aun más.
9 de abril de 2014
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3 Fisgones morbosones:
Te voy a decir como dicen los que no saben que decir: que bonito.
Tus provocadoras palabras.
Ese sentido de pertenencia, tan elástico... tan todo, tan nada.
Saludos y letras.
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