8 de diciembre de 2008

Dosis


A mis 24 soy Frágil, Doliente, Cínica y Valiente.

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Depende del día, solamente.

Y no en ese determinado orden.

Me gusta decir lo que pienso,

pero otras veces debería pensar más lo que digo.

Puedo ser veneno,

puedo ser medicina,

la clave está en la dosis.


5 Fisgones morbosones:

Anónimo dijo...

Somos mecanismos biológicos con complexos sistemas neurológicos. Ese merequetengue dista mucho de ser perfecto, entonces hay dosis de depresión, sensibilidad desintonizada, reacciones de defensa y miedo y ánimo de demostrar fortaleza dentro de la organización social en que estamos inmersos... Esos momentos de funcionamiento cerebral para mí son normales y van y vienen, de ahí sentirnos frágiles, dolidos, actuar con cinismo y creernos valientes. A mi me gusta tanto la vida, tanto estar vivo y tanto deprimirme y contentarme, sentir dolor y sentir cura, ser cínico y luego amable y luego valiente y luego temeroso... Tanto, que mataría por tener otra vez 24. Aunque no creo que matar a alguien sea ni la piedra filosofal ni el el elixir de la eterna juventud...

TeReSa dijo...

Si esa es tu forma de hacerme sentir mejor, te lo agradezco...porque dedicas un poco de sabiduría a mis necesades. Gracias, Yorch.-

Anónimo dijo...

Nuestra percepción nos dicta que muchas cosas son bipolares: frío/calor, depresión/euforia, paraíso/infierno. La molécula de jabón es bipolar y por eso, jala por un lado la grasa y por otro el agua y entonces la grasa se "disuelve" en agua mágicamente en la cocina. Si nosotros actuamos bipolarmente podemos disolver a nuestro alrededor por insoluble que parezca para nuestro beneficio. No se trata de estar loquito y ser de esos bipolares volubles que parecen cambiar con la luna, sino ser versátil y comer de todo (no como el señor carnívoro jehová que solo le gustaba los asados de abel y rechazaba los vegetales de caín)... Esos estáticos de hecho "crean" el supuesto bien y el supuesto mal. Yo prefiero el jabón que a ese demiurgo separador de gentes.

La versatilidad nos ayuda a disolver el mundo. La depresión quizás viene cuando nos quitan el juguete preferido. Quizás ni sabemos que jugamos a diario con algo. A mi me "han quitado" mi juguete preferido (el sexo) por motivos de viajes en que no coincidimos y entro en depresión. O la química se revela ó el cerebro no sabe que hacer sin los necesarios juegos que acostumbramos. Identificar ese juguete es importante para entender esa depresión creo yo... Ahi se acerca navidad, habrá que pedir más de un juguete para repuesto, que no? Si nos hemos "portado bien", quizas nos merezcamos más variedad...

A propósito de jabón, me doy cuenta que las mujeres gastan más que los hombres (lo comparo cuando me quedo solo en casa). Usan más ropa, que necesita más jabón, agua, electricidad, plancha. Tiran más basura en promedio (me consta)... Entonces quizás la depresión femenina es más factible si les quitan poco de esas costumbres, o si se quedan sin dinero para comprarlas. Habrá que sintonizar de nuevo el deseo para evitar depresiones fuertes...

TeReSa dijo...

Me hiciste sentir como una histérica que necesita su dosis de sexo y mucho "shopping". Jajaja.

Cuando hablas de versatilidad me viene a la mente mi conducta de darles a todos el avión, darles por su lado aunque también me da por ignorar. Pero es cuando me pongo atenta al mundo que siento que no estoy preparada o que me abruma, pero será que es porque no tengo dinero y el sexo no es muy seguido -ya hablé de más jajaja-.

Al menos estoy conociendo más mi mecanismo biológico con complejos sistemas neurológicos. ¿Estp último es como la explicación científica del alma?

Anónimo dijo...

Yo creo que el alma es al software como el cuerpo es al hardware. Creo que somos diseños de primera etapa (por evolución) mientras que nuestras computadoras y robots son de segunda etapa; quizas haya una tercera... Alma y cuerpo evolucionan tomados de la mano. En nuestra etapa actual desapareció el celo animal, se redujeron los instintos y ya no son necesarios todos nuestros dientes. Esa cabezota que tenemos nos queda "grande" y ocupa mucho de nuestro tiempo todo lo que pasa ahí dentro. Incluso lo que nunca "sale" de ahí.

Nuestros juguetes también evolucionan y se convierten en chocolates, música, alcohol, sexo... quienes proporcionan caricias a la misma región cerebral y nos volvemos adictos. La ausencia de la adicción es dura de soportar, como es duro pagar los créditos... También descubrir una que otra verdad ó realidad inesperada deprime... Otros juguetes más sofisticados cobran su cuota: el capitalismo y sus varientes, la ciencia y su prueba y error, la comunicación y sus fallas.

Pero el simple hecho de intercambiar ideas nos puede sacar un poco del tedio acumulado. Y si nos hacemos adictos a ello, pues buscaremos como sacar ese clavo con otro clavo. He tenido la suerte de no necesitar drogas para sobrevivir los vaivenes de la depresión/euforia. Tiene sus grandes ventajas.