Una vez dentro, me acurruqué en el asiento y cerré los ojos. Sentía un extraño malestar. Un dolor agobiante que me hería por todas partes.
Pensé que, si me sacaba los pesados zapatos de ciudad, auténticos monstruos torturadores, aquella agonía remitiría. Me los quité, pero el misterioso dolor no me abandonó. En cierto modo, nunca más me abandonó; nunca más lo hará."Una navidad" - Truman Capote
Son esos días en los que siento como si se reabriera una herida con un cuchillo al rojo vivo, cauterizando cualquier evidencia de vida.
3 Fisgones morbosones:
nada es para siempre...
La nada es infinita.
Incluso eso de que "No hay mal que dure cien años" es falso. Vivo ejemplo de ello son nuestros políticos, que llevan 200 años siendo iguales.
Un beso y un abrazo.
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