25 de noviembre de 2013

Palabras nómadas

 [...]cartas de amor, de las que ya nadie escribe, 
de las que ya nadie quiere leer.
-Risto Mejide

Quisiera volver a escribir cartas, de esas que echabas en el buzón y el cartero anunciaba con su singular sonido de silbato. Dudo que estas generaciones sepan de aquella sensación de saberse merecedor de unas palabras  que por sencillas que fueran ameritaban un viaje en avión o tal vez en un camión. Era realizar una breve ceremonia entre la rigidez de la ortografía y la cascada de emociones que brotaban al rasgar el frágil sobre y leer lo que alguien quiso decirnos.

Ahora arrojo estas palabras sin sellos ni sobre, no hay casilla de correos que aloje el mensaje. Soy destinatario y remitente. 





4 Fisgones morbosones:

Victor Abrego dijo...

aun siendo parte de la evolucion y viviendo en el pasado, recibir una carta aun sera un acontecimiento que no tiene competencia, por que el sabor de abrir un sobre, desenvolver una hoja y leer con avido interes lo que el contenga, nunca podra compararse el mas elaborado E mail con su fria perfeccion y exactitud con esa perversa "privacidad" y frivola y expedita velocidad, una carta es un tesoro que un ser humano te escribio!

Alexander Strauffon dijo...

Me recordaste cuando las cartas se enviaban asi, antes de la informalidad y masividad del e-mail.

Aseret dijo...

Creo que se le daba importancia a las personas, no sólo un momento banal que se pierde en la inmensidad de la tecnología.

Salu2!!

Eduardo Cabreado dijo...

De vez en cuando me gusta enviarlas...es el equivalente a llegar serenata, pero por escrito.