19 de septiembre de 2012

Sin gloria pero sin pena

Y aun sucede de vez en cuando que alguien me pregunta por qué siempre ando en mi mundo y entre burlas condescendientes de que soy la rara del grupo y todo por no salir cada fin de semana, emborracharme, ligar algún fulano o sencillamente por no ver la tele. Como si volviera a esa época del bachillerato de fiestas y fajes que darán de que hablar en el chismorreo del grupo social al que estés afiliado  involuntaria y/o artificialmente. No hay diferencia más que la edad, 15 o 30 años y seguimos en lo mismos rituales sociales. Sigo siendo la chica-de-lentes que molesta con su silencio más que con cualquier palabrería vana. 

De nuevo doy alguna excusa burda para salir del paso para después volver al escondrijo donde planeo conquistar el mundo. 







1 Fisgones morbosones:

reptilio dijo...

somos raros

la vida es rara