14 de marzo de 2012

Puerta

Dejarías la puerta abierta de tu casa para que pasara cualquier desconocido y por puro azar esperar que no te haga daño o se robe tus pertenencias pero también puede ser también lo contrario que renueve tu espacio y ya no lo quieras dejar ir...

Creo que así sucede al momento de dejar entrar en nuestra vida a alguien, abrimos tímida o directamente la puerta del corazón y la mente con la esperanza de que entre todo el conglomerado de gente anónima se deslice a través de nuestro zaguán esa persona que volteará tu existencia, donde las barreras se vuelvan invisibles y ese desconocido sea un individuo con facciones y acciones inolvidables.

La mayoría tomamos el riesgo, por si las dudas cierro mi puerta pero siempre dejo alguna ventana abierta.





5 Fisgones morbosones:

Alexander Strauffon dijo...

Such is life: risks.

Eduardo Cabreado dijo...

Ser naturalmente antisocial a veces ayuda a no resentir tanto las limitaciones de espacio personal.
Aunque es como lo planteas, no podemos escapar al hecho de ser seres sociales.

Aseret dijo...

*Alexander: Siempre es un riesgo, y vale la pena a pesar de nuestra renuencia social.

*Eduardo: Siempre se puede platicar a través de una ventana.

Gracias x los comentarioos!!

Isidro dijo...

La asfixia no es opción... ¡Saludos!

Aseret dijo...

Siempre existe la opción de un suicidio social...

Saluds!