27 de junio de 2011

Ilusos

Fue hace como 10 años cuando dejé de sentirme parte de alguna religión nací católica si bien en mi familia nunca hemos sido practicantes, se podría decir que era como una tradición congénita que con el tiempo fue perdiendo razón de ser para mí, asimismo me daba por cuestionar demasiado hasta que hice la prueba y tiré a la basura un viejo cuadro de una virgen no suciedió nada... Es muy posible que las decepciones a raíz de un dios que no osa dar la cara cuando más se le necesita fue parte de mi alejamiento, no es que yo sufriera sobremanera (pero lloré mares cuando mi primera perra murió y le pedía a dios que la curara) sino que como muchos niños te das cuenta que, aun rezando, aquello que te hace un nudo en la garganta no se va, el hueco en el estómago permanece ya que el niño o el viejo Dios parecieran tener benevolencia limitada.

De cierta forma, no me he sentido desprotegida dado que tampoco me enseñaron a recurrir a aquel Padre invisible sino a enfrentar aquello que me dañe o con temor dejando a un lado el dios mediante y mañana dios dirá, me hice la frase de mejor hoy lo digo yo. Agradezco tener padres muy terrenales con los que siempre conté además de un pequeñísimo arsenal de libros que me mostraban un mundo real lleno de fantasías humanas que invitaban a ser tu propio dios, dueño de tu destino y acciones.

Aun así, no puedo declararme en contra de la religión, tampoco quiero hablar como aquellos fanáticos ateos que se desviven por señalar a los creyentes como gente tonta y no ha faltado ocasión en que he evitado a esos aspirantes babeantes de Carl Sagan por el hecho simple del respeto básico, así como a muchos des-diosados nos han criticado para qué caer en discusiones vacías de guerras santas cuando sabemos que la mayoría de la gente religiosa trata de hacer el bien.

Lo anterior es simplemente porque en los años y apoyado en mis expericiencias de mis viajes en donde en uno de los cuales encontré a una señora cristiana que sin más me brindó hospedaje, sin olvidar a mi mejor amiga y su familia mormona quienes siempre tuvieron un lugar en su casa para mí, o a mi abuela que en su debilidad encomienda mi seguridad a la Guadalupana, familias de compañeros que me han recibido como un miembro más sin nunca haberme visto, inclusive aquel hombre que me brindó una oración ante la santa muerte, algunos podrían ver un montón de ilusos y por mi parte considero que hay que brindar una oportunidad en la bondad.

2 Fisgones morbosones:

Eduardo Cabreado dijo...

No es la religión la fuente de los conflictos, sino la persona que la usa como instrumento para dañar y escudarse con cobardía e hipocrecía sea cual sea el credo (y eso incluye también las corrientes no-creyentes, gnósticas o agnósticas).

Actualmente me siento más cómodo con la idea de que los dioses son igual de imperfectos que los mortales.

TeReSa dijo...

Considero que cada persona es su propio dios....

Saluuudos!!