9 de noviembre de 2008

Niñez de fin de siglo (3)


No le encontraba mucha gracia a espiar al chico que te gusta, enviar cartitas del 14 de febrero o peor, pelearme por cuestiones de amor. Me aislaba y junto con mi mejor amiga de la secundaria le tomé gusto a la música de Nirvana y a la onda grunge, muy acorde para la gente solitaria y autoexiliada.


Siempre era cuestionada porque no iba a las discos, pero no tenía dinero o si tenía prefería gastarlo en cualquier otra cosa, nunca he sido buena bailando, no era muy popular entre la gente por mi actitud reservada y cortante. Bah, sólo quería llamar la atención, pero luego recapacité que no era necesario agradarle a todo mundo si yo no estaba a gusto conmigo.


Ahora sí fue mi decisión andar sola, ya no me excluían, yo los excluía de mi mundo. Tengo muchos conocidos, amigos pocos y estoy a gusto; nada de esperar a que me conviden a jugar como antes, al fin y al cabo tengo mi propia bicicleta y me voy pedaleando por mi propio camino, lejos muy lejos.

3 Fisgones morbosones:

Eduardo Cabreado dijo...

ahhh...amargos noventas y desabrido nuevo milenio...
ya conozco esa historia, tan bien como tu

¿habrá parte 4?

TeReSa dijo...

No creo que haya parte 4, no sé si después... porque ese texto lo escribí para mí, necesitaba recordar lo que viví para tener una idea de lo que he sido, soy y ¿¿¿seré???

Belzeebub dijo...

No se puede obtener plenitud personal hasta abrazar la soledad.

Aquella niña representa a la rebeldía en su estado más puro, porque la mujer debe ser necesariamente sociable, de tal manera que al renegar de su condición de procreadora, de máquina productora, se convierte en un nuevo objeto ferozmente libre.

Me gustaría intercambiar análisis sobre los escritos de Howard Phillips Lovecraft.

Hasta pronto.