No soy nada

No soy nada y soy eterno

eterna impotencia oscura.

Voz que se pierde en susurro

alma que almas enluta.

Ojos áridos sin luz,

ojos de obra inconclusa.

Sonrisa nunca advertida:

helada sombra de gruta.

Existencia sin razón,

vida sin olmos ni luna.

Lo hecho nada ha valido,

sólo temores y angustias.

El amor está deforme

en languidez de bruma,

el canto ya es canto sordo,

sin matices y sin música.

¿Para qué vivir así

si mis cantos no se escuchan?

¿De qué sirve llorar

si yo he tenido toda la culpa?

José Agustín -"La tumba"

Terminé de leer la novela La Tumba y me hizo recordar mis años en la preparatoria, donde la inmadurez e ignorancia te hacían sentir que debías ser un purista en todo, pertenecer a un grupo, si eras literato debías amar a Nietzche, si eras rockero debías emular a Kurt Cobain, si eras dark debías andar con la jeta de procesión luctuosa todo el día, si eras fiestero debías ir a todas las fiestas y vomitar (yo evitaba ir a las fiestas para no ver esos numeritos de mis compañeros, por ende, era cuestionada y calificada de amargada por no aguantarlos jajaja).

Yo no hacía nada de eso, era un término medio en cuestiones de hacer cosas típicamente de adolecente -mediocre-, no amé pero tampoco me rompieron el corazón, nunca entendí a Nietzche y sigo mi vida, amo el rock pero no me molesto en demostrarlo nada de disfraces comprados en Local Metal, tengo mis propios aquelarres mentales y vomito cuanta sandez pasa por mi mente, el luto lo llevo por dentro y soy optimista de que el sol saldrá después de la noche tan oscura.