4 de agosto de 2008

Divagaciones de una mente sin recuerdos


Estaba pensando antes de dormir qué es lo peor que me pudiera pasar y cómo reaccionaría ante ello... Pasé desde la muerte de alguien querido a mi propia muerte, pero eso es algo que tiene que pasar algún día así que lo descarté (a menos que fuese una muerte muy violenta).


No soy muy apegada a las cosas materiales pero supongo que vivir un desastre natural o más aun un desastre económico que me dejara nomás con lo que traigo puesto estaría entre lo que podría considerar una tragedia personal.


Llegué a la conclusión de que lo peor que me podría pasar es estar muerta sin que me hayan enterrado, cuando estar vivo no es lo mismo que vivir. Pensar, besar, comer cosas ricas, reírte de los demás y de una misma, leer, renegar, llorar (y que tu perro te dé la patita para consolarte), tomar fotos, apoyar a los amigos... y creo que lo voy a seguir agregando cosas a mi lista.



A veces amanezco muy -¿cómo se dice?- Feliz.