10 de julio de 2015

Por ahora, 6

Han pasado seis años desde el día que dejé la casa de mis padres así como la ciudad donde crecí para irme a vivir a la capital del país. Ahí estaba yo en la terminal de autobuses con los nervios de llegar prácticamente sola al DF y no tener la certeza de nada, pues iba buscando un trabajo que no era seguro... no es por presunción pero siempre he tenido confianza en lo que hago y sabía que tanto esfuerzo no iba a ser en vano.

Lo bueno es que a pesar de que esta ciudad es un monstruo voraz, no me ha ido tan mal, siendo ajena al lugar he sabido mimetizarme con el ambiente. Aprendí rápido eso de andar con el tiempo justo para todo, la comida me gusta aunque no soy fan, el miedillo a manejar en las grandes avenidas lo he sobrellevado y en especial la gente que he conocido me ha brindado mucha experiencia en amistad pero también a percatarme y alejarme de personas nocivas, hasta de esas cosas negativas se aprende. Podría hasta decir que me he vuelto más social, lo que nunca fui en mis años en casa paterna inclusive sigo sin poder iniciar una plática superficial o espontánea con la gente.

Ahora que vivo con mi amado me siento en paz, pero aun así me gusta viajar y andar en la vagancia en la misma ciudad, lo importante es que tengo con quién compartir  los sitios por los que caminaba cuando vivía sola, los restaurantes y las pocas pero buenas amistades que he hecho. 

Me molesta un poco que me pregunten cuándo voy a comprar mi departamento en el DF, por lo regular contesto que no quiero gastar un dineral en un "huevo"  de 54 metros cuadrados, aunque la respuesta que me gustaría o debería decirles es que no sé que voy a estar haciendo dentro de un mes y mucho menos atarme a un crédito de esos de 20 años o más, sólo pensarlo me agobia.

Como sea, estos años han sido de lo mejor y sé que todavía faltan muchas cosas...




(A veces, no creo que todo lo vivido me haya tocado a mí)



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