22 de octubre de 2012

El primer día

Considerando que falta poco más de un mes para que en México se efectúe el cambio de presidente y el tan ominoso "regreso" del PRI a Los Pinos me puse a releer "El Primer Día" de Luis Spota cuya historia está situada en una república ficticia -pero que claramente es un disfraz apenas velado de México- sobre la vida de un presidente que empieza su primer día después de pasar la banda presidencial al Otro, convertirse en el "ex" luego de haber sido el Primer-Hombre y los temores sobre el presente agobiado por lo que se hizo durante los años de poder.

Un relato lleno de veracidad sobre la maquinaria de politiquerías de la que cada uno hemos sido engranes en todos los niveles sociales de este país; los elementos de la novela son corrupción, nepotismo, cinismo y ambición: esos vicios con los cualquier persona mexicana está familiarizada. No creo que sea un libro moralizador sino un espejo que refleja la misma triste imagen del país por más de 90 años y si bien esta novela fue escrita hace tres décadas mantiene su vigencia pues basta un vistazo a la historia política de México y los nombres ficticios de "El Primer Día" pronto toman forma de aquellos personajes de quienes han estado en las huestes del poder político.

Lentamente, Aurelio Gómez-Anda dejó su asiento. En el extremo opuesto lo hizo también Ávila Puig. El que llegaba, acudía al encuentro del que se iba. Coincidieron en el centro de la escena: allí donde Gómez-Anda retiraría de su pecho la banda y, según la tradición, la colocaría después en el de Ávila Puig. Uno frente al otro, se miraron. "Pálido y asustado, tembloroso, así estaba el cabrón", pensó. Como lo había ensayado varias veces ante el espejo del baño, Gómez-Anda tiró de la seda y la seda se desprendió con facilidad.

El ejercicio del Poder te permitirá acumular otras enseñanzas... Por ejemplo: hazle saber al pueblo con frecuencia que estás haciendo un buen gobierno. Repítelo, repítelo repítelo, y si lo repites con suficiente convicción, acabará por creerlo. Adquirirás fama de eficaz administrador... Haz lo que te venga en gana, pero guarda las apariencias... ¡Qué frecuentemente olvidan esta sencilla fórmula nuestros politiquitos...! Permite que todos discutan todo, menos tus actos. Dales la impresión de que te agrada, y por eso la estimulas, la libertad de las ideas. No limites lo que llamamos Libertad, pero nunca dejes de moderarla, pues hay quienes suponen, ilusos, que no tiene límites... La política, eso lo sabes ya, es algo sagrado... Cuida que los de fuera no metan mano en ella... Demuestra desde el principio que tu Gobierno tiene carácter, perfil, decisión, línea...Un presidente sin mano dura invita al desorden y a que se le falte al respeto... Si eres blando con él, este pueblo nuestro terminará desbocándose, relajándose, destruyéndose a sí mismo...Ten presente que prefiere tener a un dictador y no a un franciscano en Palacio... A quienes te han servido bien, págales lo más que puedas; tenlos contentos, dales cosas que no quieran perder si caen de tu gracia...De tiempo en tiempo ponlos a temblar con un malhumor tuyo...Que no se sientan demasiado seguros, nunca...No serán todos, quizá, tan leales como quisieras, pero los mantendrás alineados junto a tí...


"El primer día" - Luis Spota
Grijalbo, 1977



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