se siente el éter mezclándose en la tibieza
de la sangre espesa del cuerpo
que lo inhala al compás del viento árido.
Tu dulce compañía -siempre buscada-
se sublimó entre besos calientes y
almohadas húmedas como mi sexo
anhelante.
Demasiado calor y arrojo al
suelo las sábanas mientras mi
piel se eriza, cierro los ojos
y espero tu presencia en la fantasía
que me encanta.
0 Fisgones morbosones:
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