5 de marzo de 2012

Criando cuervos...

Las entrañas de este barrio se llenan de vacío: Sucede que las cosas no salieron como planeamos y los niños se han vuelto contra nosotros, una generación agotada y muchas más generaciones perdidas que deambulan entre el no futuro y el pasado ignoto.

Vahos de tristeza que expelen los cuerpos que se asoman por la ventana insomnes por los ruidos nocturnos esperando que el niño que jugaba en la acera no sea la próxima víctima del descuido. No pasa nada, nunca pasa nada.

***

Sucede que ya no reconozco los sitios más aun las personas que antes me parecían comunes, son lo mismo pero ya no son los mismos. Vuelvo a saber de quienes formaron parte de mi infancia y parece que una brecha se ha abierto entre los vecinos de esta calles, si antes lo padres se enorgullecían de que el hijo acabara sus estudios y se abriera un camino tal vez modesto algunas veces más arriba de lo esperado, actualmente es frecuente que muchachos -unos años menores que yo- abandonen la escuela, dedican el día a estar sentados en una esquina, inclusive hay quienes han sido asesinados frente a su casa por ajuste de cuentas...No llegan a los 25 años y han pasado a ser más un lastre que una oportunidad para sí mismos.

No me gustaría parecer una anticuada o moralizadora, es más, podría decir que cada quién es libre de hacer de su vida lo que le venga en gana, aun así sería hacerse tonto el no querer ver lo que sucede con nuestro alrededor y en especial dentro de uno mismo.






2 Fisgones morbosones:

Eduardo Cabreado dijo...

Papá muchas veces (creo que a veces con justa razón) me critica mi pesimismo y severidad al juzgar a la juventud actual del camino fácil que está tomando, de mi actual tendencia de mantenerme siempre a la defensiva, y mi frialdad con la que vaticino una mayor crisis en nuestra sociedad que sin duda cambiará el rumbo para mal de la nación entera (totalmente ajeno a las elecciones).
Él suele decirme que debo proponer soluciones que a todos nos beneficien y que lejos de ver enemigos en cada esquina debo pensar en cómo ayudarles, pero sinceramente siento que no puedo ni debo arriesgarme a ir en contra de mi instinto de supervivencia.


A veces discusiones como estas hacen que sienta que no solo ellos han cambiado para mal, sino también nosotros.

Aseret dijo...

Lo cierto es que nos endurecemos para evitar ser dañados en lo posible, pero tantos rapones terminan por debilitarnos...

Aparte, apoyo lo que mencionas sobre que hay personas por las que no vale la pena arriesgarse.

Salu2