No hace mucho las cartas eran comunes, ser el destinatario de un sobre que albergaba hojas con la letra manuscrita de algún conocido o a veces una simple postal abarcaba la sensación de sorpresa y en lo que a mi respecta eran un aliciente para no olvidar, manteniendo los lazos entre remitente y destinatario. Así pues ayer recibí -vía correo electrónico- unas cuentas postales de mi tierra donde me pedían que no la olvidara.
Presa Francisco Zarco
Cañón de Jimulco
Mpio. Francisco I. Madero
Coahuila, 2011
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