22 de septiembre de 2011

Entre vegetales y frutillas negras

Añoro una buena plática, ya he comenzado a hablar conmigo para escuchar un sonido de palabras pero no es una verdadera conversación sino simples exclamaciones en voz alta de mis pensamientos. No he encontrado mejor alivio que este durante el tiempo que paso entre el trabajo y el ocio. Me doy cuenta de que no soy tan clara cuando digo que me gusta estar sola y suele interpretarse como odiosa o antipática, cuando decidí dejar el otro departamento que compartía con mis compañeros me sentí aliviada del ritual social de tener una charla casual durante la sobremesa no obstante que esto me mantiene al día con el instinto gregario aun así descarto la presencia de la gente que apenas conozco o no me atraen la atención y paso de largo. Al principio noté que mis compañeros les extrañaba mi gusto por estar en mi cuarto creían que estaba triste, enferma o cosas de mujeres aunque paulatinamente aceptaron que soy algo reservada si bien cuando algo no me parece o incomoda lo digo tal cual, evito confusiones y con todo y mi casi misantropía solemos saludarnos con gusto.

Por otro lado, hace una semana llegaron otros compañeros, fuimos a comer y a que descansaran; me llamó la atención que durante ese rato no dejaban de mirar su celular, nextel y/o blackberry. Según ellos es para estar en contacto con la gente de la oficina para cualquier cosa, sin embargo nunca vi que recibieran una llamada del trabajo y pese a que estabamos platicando y poniéndonos al día de las actividades, no dudaban en chatear, revisar el facebook o mandar alertas todo de índole personal desviando su atención a lo que les interesaba. Para no complicarmela, terminé de explicar lo que había que hacer de trabajo y me retiré me pareció irrelevante tratar de llevar una conversación con estas personas tan ocupadas y días después cada vez que los veo están al pendiente del BB creo que ni siquiera entre ellos platican que se supone que son equipo. Suelo mantenerme trabajando por mi cuenta sin necesidad de alguna otra compañía que un poco de música en mi computadora, respeto que los compañeros vivan pegados a sus celulares ya que quieren mantenerse en contacto con su familia y venir a esta frontera tal vez no sea tan digerible (a veces creo que a los chilangos les cuesta demasiado dejar la ciudad). Aunque hoy por la mañana recibí un mensaje al celular de parte de uno de ellos preguntándome si estoy bien, por qué siempre ando sola y no voy a visitarlos, le respondo que cuando dejen su estado vegetativo tal vez acepte a intercambiar unas palabras y no un simple PIN. Hasta parece irónico que yo con mi sociabilidad limitada considere que de vez en cuando hay que desconectarse.

En fin, mucho se ha hablado de lo indeferente que nos hemos vuelto, no podría decir que no me veo afectada por la tecnología disfruto del internet y mi computadora y pienso que algunos considerarían criticable que escriba en un tonto blog en lugar de hablar personalmente con alguien siempre he comparado esta actividad con ser un naúfrago que lanza al mar un mensaje dentro de una botella. No sé, puede ser que alguien guste hacerme compañía en mi naufragio.

4 Fisgones morbosones:

Eduardo Cabreado dijo...

En realidad nos gusta más hacer de cuenta que como con los diarios de antaño, la gente nomás nos lee por morbosidad.
Es divertido para los autores como para los lectores :P

TeReSa dijo...

Es el placer de confesar los pecados jajaja...

Saluudos!

El Rulfiano dijo...

Teresa, cuenta conmigo para hacerte compañía en tu naufragio.
Un beso y un abrazo.

Aseret dijo...

Me acordé del nombre del libro naufragio en tierra firme...

Algo así como caminar sin un destino preciso pero sabiéndo que encontraremos algo.