De bajada

Una canción triste para los momentos bajos,

para sentirte acompañado cuando sientes vencido,
una canción triste para cuando estas solo,
cuando no sabes el modo de salir adelante.
-Enrique Bunbury

No he decidido del todo qué hacer con mi vida, he estado algo desubicada que ni siquiera me di cuenta que un mes más había terminado sino que hasta que fui a una revisión médica y me preguntan cuándo fue mi último periodo la verdad no supe qué responder pues ni sabía en qué día vivo. Las cuentas se han acumulado y, sin interés, me limito a exteder los pagos con sus intereses respectivos.

Son esas noches en que por cualquier motivo me despierto y escucho los ruidos magnificados, imagino quimeras ocultas que roen las paredes y sombras que cruzan por la ventana. Vaya, que parece que me invento compañía. La lluvia cae interminable en la ciudad así que puedo llorar con tranquilidad pues mis lágrimas se confunden en las gotas que mojan mi cara. Pero no quiero mostrarme así, enmarco una sonrisa y digo que todo está bien para evitar preguntas que no sé contestar pues siento que no comprenden que a veces me duele vivir.

Quisiera achacarlo a una cuestión de hormonas, de jet lag, de clima, pero me suena a pretexto y en cierta forma a debilidad. Nunca me ha gustado sentirme indefensa y trato de dominar y dominarme ante las eventualidades, y los que me conocen me señalan esto como mi principal rasgo, esa característica que invariablemente me hace asumir el papel y luego ya no sé cómo enfrentarme a mí misma.

(Estuve a punto de borrar esta entrada pero mejor la dejo, algún día la leeré con el ánimo más tranquilo sabiendo que esto -como todo- pasará...)