7 de abril de 2011

Metro-polis



Uno de esos no-lugares más comunes en la ciudad es el metro, tal vez no se le valora como se debe y se le exige demasiado. Viajar en él es el momento para ponerte en orden con uno mismo.

He notado que la mayoría de las personas repiten patrones de conducta o lenguaje corporal, por ejemplo:

  • casi todos suben con cara de amargura y no-estoy-de-humor-para,
  • escuchar música en el celular es básico,
  • cientos de mujeres se maquillan sin pudor cual si estuviesen en su casa,
  • si vas platicando con alguien no falta quien no pierda detalle,
  • el lector invitado al periódico ajeno es una escena diaria,
  • señoras que taclean con tal de ocupar un lugar vacío,
  • la cara de hartazgo cuando alguien cabecea y se apoya en los demás,
  • cuando alguien le compra algo a los "vagoneros" los demás examinan silenciosamente la adquisión,
  • si tienen prisa, voltean a ver desesperadamente la guía de estaciones como si con ello avanzara más rápido el tren.
  • cinco minutos detenidos es eterno y enseguida piensas si un pendejo se aventó a las vías.
  • Los vagoneros son como una plaga entrenada para hablar con un sonsonete chillón y empezar su presentación con el estribillo "Damita, caballero, en esta ocasión les traigo a la venta..."
Lo que no he aprendido a aceptar es a los pedigüeños, hacen que me vuelva insensible a la miseria porque si entregara aunque sea $1 a los tullidos, ciegos, mancos, quemados, drogadictos en rehabilitación, indígenas de la comunidad más pobre de Puebla y demás, la verdad no me alcanzaría mi salario. Tampoco aguanto a los que se suben a recitar o leer algún texto y piden una moneda para fomentar la cultura con el argumento de que somos un país de iletrados.

Porque partiendo de esto último, noto que muchos de los que piden ayuda se basan principalmente en el chantaje sentimental o hasta en el asco, porque nadie quiere tener cerca a un niño arrastrándose pidiendo limosna o que de plano te digan que eres uno más de la manada que no lee y vota por Juanito.

Y es que el metro es la conglomeración andante de lo que somos los mexicanos.


3 Fisgones morbosones:

Charro Negro dijo...

Y también existen aquellas personas que observan a las otras personas hacer nada, algunos lo escriben y otros lo olvidan...son cosas en pro de la ecología social.

Saludos!!!

TeReSa dijo...

Es el ciclo de la vidaa...

VioletaJacaranda dijo...

Yo veo muchas veces la lista de estaciones porque varias vees me ha pasado que me paso una estación o me bajo antes... en todo lo demás estoy más que de acuerdo. Me la paso viendo la hora en que me compre una motoneta...