11 de enero de 2011

Realidad inventada

Te quiero, porque te has convertido en mi compañía favorita, el sabor único de mis contadas alegrías y la indescriptible desesperación y atadura que disfruto desde que decidimos estar juntos. Jugamos a hacernos daño, porque cada naturaleza sádica tiene su contraparte masoquista, y el recóndito anhelo de ser amados y reconocidos pese a la imperfección que nos caracteriza cuando no podemos evitar ser medidos con las efigies de la santidad y el dios que vigila nuestros pasos.

En la infinita soledad de donde vinimos y permanecemos la mayor parte de nuestras vidas, seguimos andando con todo en contra buscando lo que no conocemos pero sabiendo que lo encontraremos, eso que nos llena y que a pesar de todo el cinismo y maldiciones, crece... ¿adivinas qué es?

Brindo por ti, por los años que has vivido y que me has invitado a presenciar, un voyeurismo irresistible al verte de frente y que me cuentes verdades y mentiras de lo fue y de lo que posiblemente vendrá. Nada está por seguro, sólo lo que queramos que pase. Promesas que queramos cumplir.

Sólo quiero saber que la vida contigo no va a terminar.





0 Fisgones morbosones: