11 de diciembre de 2010

Correspondencia

Sacudiendo un poco el polvo me doy cuenta que debajo de las hojas que ha dejado el otoño no he escrito mucho, en cierta forma reconozco la pereza de sentarme y dedicarme a revolver las ideas que de vez en cuando cruzan por esta mentecilla. Este blog tiene un poco más de dos años y he tratado de ser constante y publicar aunque no diga nada nuevo o algo que el mundo espere, sólo es un recurso catártico y en cierta forma tratar de seguir la moda cibernética (¿se sigue usando esta última palabra?).


No hace mucho tiempo que el internet se masificó, primeramente por medio de los chats y el MiRC aquí el chiste era ligar y hacer amigos, después o conjuntamente surgió el auge de los foros donde compartías tu opinión, discutías, te peleabas, trolleabas y te relacionabas con gente afín a tu criterio.


Si no satisfacía tu ego el hecho de compartir espacio con más personas, creabas un espacio personal para hacer anotaciones, pensamientos, subir fotos, criticar y alabar y entonces abrías una cuenta de blog,

Posteriormente, inició la condensación o sustitución de las palabras por imágenes dando paso a páginas como metroflog y fotolog para mostrarte como un ser social con todo y que pasas horas conectado a la red.

No duró mucho esta tendencia aunque si impactó en la conciencia el hecho de manifestarse como un ente alfa y ya teníamos las páginas de redes sociales para poder colgar la mejores fotos de nosotros, en conjunto con publicar estados de ánimo, chatear, poner jueguitos y aplicaciones, pensamientos, y estar actualizado sobre tus amigos/conocidos/agregados.



De esto último se desarrolló el instinto de comunicar a quién-le-importe lo que haces o no haces a lo largo del día, y ahí está el microblogging para consumar las ansías de expresión.



Así pues me he dado cuenta que desde hace tiempo que estas tendencias te envuelven y de repente te encuentras escribiendo un mensaje impersonal lanzado al extenso océano virtual como leyendo el estado personal de personas prácticamente extrañas.

Más que una moda, es un modus vivendi.



5 Fisgones morbosones:

Anónimo dijo...

Los libros y los e-mails se niegan a morir. Principalmente los que traen porno.

TeReSa dijo...

Y el porno se mantiene y con sus múltiples variantes...según veo en la página de Inner.

Salu2

El Rulfiano dijo...

Teresa, quizás las nuevas generaciones piensen que estoy chapado un tanto a la antigua, pero aun sigo creyendo que no hay cómo la comunicación personal frente a frente; claro cuando esto es posible. Las redes de amistades virtulales ayudan mientras que no sean sustitutos totales de los encuentros entre las personas.
El erotismo siempre ha estado presente entre los aspectos más importantes, si no es que es el más, de la vida del hombre y la mujer, de la mujer y el hombre, y siempre lo estará. Por ello es que se da el inacabable y siempre creciente raiting de la pornografía.
Un beso y un abrazo.

TeReSa dijo...

Las nuevas generaciones podrán decirnos chapados a la antigua, pero les llevamos ventaja en lo que respecta al erotismo y sexo real jajaja.

El Rulfiano dijo...

Cierto, Teresa.