29 de octubre de 2010

Ojos vacíos


Conforme el tiempo pasa, dejo de percibir el intenso sonido de la ciudad y permanezco encerrada en este cuarto que cada vez me parece más pequeño, las sombras se apropian de cada metro cuadrado hasta que enciendo la tenue luz de la lámpara sólo para sentir el calor, pero sigo sin ver nada. Dejé mi par de ojos en la calle para volverme ciega, incapaz de mirar otra vez las marcas de la desolación que cruzan por cada avenida.

Inválida, ahora camino a tientas sin conocer el camino y no sé si voy o vengo, pero no quiero volver atrás, donde a pesar de los traspiés no quiero ayuda no sabría como recompensar a quien se acerque, esta ceguera me ha imposibilitado para reconocer las emociones. Me ha imposibilitado verme reflejada en cada una de las personas.

0 Fisgones morbosones: