Libros libres

Todo aparece cuando lo dejas de buscar. Ese refrán lo aplico seguido cuando algo me interesa y prefiero olvidarlo, con el fin de cuando me encuentre con eso sienta que es lo mejor que me pudo haber ocurrido.

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Este fin de semana, paseando por Reforma encontré tres libros de Luis Spota, fueron "Las grandes aguas", "Palabras mayores" y "Las horas violentas", me llevé los tres por $140, nada mal para estos ejemplares que por lo regular ya no se editan o están más caros. Inclusive en otro puesto estaba otro libro de él, pero ya no lo compré. Al fin y cabo, luego nos reencontraremos.

También apenas terminé de leer "Crucero de verano", de Truman Capote, que me lo regaló GGG creo que por agosto de 2009, si bien había dejado inconclusa la lectura, por lo que recién me enteré por el epílogo que esa novela fue publicada en 2004, por cierto, no he leído otro de las obras de Capote "Otras voces, otros ámbitos", ese también lo encontré en un puesto de un mercado de la Colonia Roma, supongo que me está esperando para ser leído cuando sea apropiado.

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Murió J.D. Salinger, aquel extraño que nos trajo a Holden Caulfield, lo conocí apenas el año pasado y a pesar de mi supuesta madurez, sigo compartiendo esos sinuosos ideales de adolecente rebelde sin causa (?). Bueno, no puedo dejar morir esa parte de mí; es la que más me gusta, la que me hace sentir que sigue la sangre circulando.

Parafraseando a Arturo Pérez-Reverte, quien menciona que los autores son personas más inteligentes que nosotros y que nos invitan a conocer sus pensamientos e ideas, las cuales podemos o no entenderlas pero que se quedan en nuestra mente esperando a ser comprendidas.

Aun no tengo tele en el depa, pero no importa. Estoy bien acompañada.