17 de marzo de 2009

Aspiraciones

Cuánta fingida indignación e hipocresía por enlistar al "Chapo" Guzmán como uno de los hombres más ricos del mundo, se preguntan las buenas conciencias cómo hicieron para calcular la fortuna de este narcotraficante...para mí es muy simple: El dinero da poder y privilegios y hasta ahora nadie ha podido hacerle algo -ni le harán- al "Chapo", su inmunidad es directamente proporcional al dinero que posea; podrá ir y venir por el mundo depositando sus billetes en las guaridas que le ofrecen los criminales de cuello blanco, aquellos que quiebran su propio banco y piden prestado para salvarlo.
¿Debe pagar impuestos y facturar para que sea considerado como un buen empresario? Pero nadie se puede quejar cuando compra casas, autos, aviones...de alguna manera contribuye a la economía.
Se nota que para seguir en este negocio se necesitan muchas aspiraciones.

4 Fisgones morbosones:

Anónimo dijo...

Yo creo que las fortunas (no la suerte, sino las grandes acumulaciones de riqueza) las proveen las grandes masas humanas. Como que sin sociedad -confundida con socialismo- no habría ni capitalismo ni sus fenómenos: Ni ricos, ni pobres...

No creo que un mundo se reduzca a una aldea de cien personas y que funcione igual que el mundo de más de 6,000,000,000 de personas, es decir, que tenga sus "orientales", sus "capitalistas", su "narco", etc. Porque una cosas son las proporciones y otra los fenómenos de las masas. Una cosa es el mar y otra una lágrima.... y otra una molécula de hache dos o.

Eso sí, lanzarse tras la empresa de enriquecerse con la suma de "pagos chiquitos" de millones de mediocres es muy riesgosa. Desde vencer la verguenza de cantar semidesnuda y vender discos, ó mover droga ó prometer administrar lo público "con crecimiento y democracia".

Seguramente que en las primeras salidas de África no habían los compradores de coca-cola, ni sus publicistas ni transportistas, ni las largas filas para comprar tiempo-aire... Había más auto-suficiencia en cuestión de adicciones, eso si con batallas poco "éticas" por manjares y sitios para dormir.

Es decir, el hecho de ser miles de millones crea una atmósfera de super-millonarios que tiene a millones con el "alma en un hilo". Antes el rey del pequeño feudo se servía de varios pares de piernas, vino y aves... pero es lo que ahora logra tener cualquier perro de la jauría actual.

¿Qué pasará cuando en lugar de ser miles de millones seamos millones de millones en un planeta del mismo tamaño que el actual? ¿La perrada promedio de entonces traficará drogas para los robots?

Eduardo Cabreado dijo...

Podría poner el pobre argumento de que la crisis nos obliga a buscar fuentes de ingreso alternativas, pero la realidad es que esa clase de omisiones son también aquellas que contribuyen en un efecto dominó a que sigamos estancados en un hoyo moral y económico.


Aunque si lo pensamos bien, no es el primer "empresario legítimo" ni el último.

Botica Pop dijo...

no se si el chapo sea menos criminal que otros ricos de la lista de Forbes. La diferencia es que (como tu lo mencionas) él es como MojoJojo -el de las chicas superpoderosas-: no paga sus impuestos.
O igual ni esa diferencia existe, porque con tantas fundaciones y teletones y compus "gratis", los otros mexican forbes tampoco pagan sus impuestos...

Anónimo dijo...

El Chapo es rico porque vende a muchos. Si el vendedor viola una ley (teóricamente democrática), entonces quizás los muchos compradores también la violan (porque la mayoría de las veces pertenecen al conjunto democrático). Aunque sé que las leyes son raras y que castigan al productor y no al consumidor. Quizás se basan en que el consumidor pasivo es "menos malo", por serlo exclusivamente hasta que el producto recorrió las calles, le cayó en las manos, lo probó, lo enloqueció y mató a alguien... antes no. Como aparante compensación el productor es malo hasta que se le comprueba su participación en el show y mientras su mucho dinero no le alcance para cambiar cualquier situación. Casi casi hasta poder hacer volar a los cerdos.

Entonces puede seguir igual que el consumidor: libre y operando. Definitivamente un fenómeno de masas y no de pocos.