26 de febrero de 2009

El umbral


Ayer caminaba por las calles de Torreón, oscuras y sucias, me topo con algún transeúnte que se dirige a su casa o al trabajo. Siempre me ha parecido que esta ciudad maneja un carácter muy ambivalente: te encuentras un conocido en algún sitio y enseguida pregunta si "estás perdid@" o cualquier frase que refleja un asombro morboso de aquel que te atrapa fuera de lugar, el taxista mira tu aspecto cuando abordas a las 3:00 am (y hasta quieren cobrar más), los sitios se desalojan pasadas las 21.00.


Caminar por las calles pierde todo sentido si no tienes un rumbo fijo, sólo es bien visto viajar del punto A al punto B en línea recta. La noche es para lo que no queremos ver, lo non-santo, los placeres bajos. Hasta esos apelativos resultan risibles en un mundo que se jacta de modernidad y evolución.


Somos seres de costumbres y de ritos que celebramos a un horario establecido...por ello nos confundimos más con el panorama que tenemos en la ciudad llena de balaceras e inseguridad en todos los niveles, ahora cada persona fija su toque de queda y aguarda hasta que el sol aparezca, pero ya no hay garantías ni luz diurna que devuelva a los malignos a la oscuridad, han traspasado la frontera de los inocentes.

2 Fisgones morbosones:

Anónimo dijo...

¿Caminábas dentro de un sueño? ¿O eran los otros los que soñaban? El principito pensaría también que el punto A es más triste que el B debido a la dirección de dicho movimiento, pero pues no hay infinitos puntos y tenemos que regresar a los mismos. Quizás el ritmo de regreso se ha hecho cada vez más rápido, diario, casi horario para muchos... Uno puede deambular e ir desde el punto O hasta el G, o de la X a otra X y a otra X, o terminar por cruzarse con una Z como meta final... Y quizás sea igual de caótico para todos sin importar el abecedario.

La oscuridad es utilizada por nuestra doble moral, porque los otros de la doble moral también pueden ver una de las morales a la luz y la otra la tienen que suponer, más no comprobar al tener a la mano a un buen abogado. A estos últimos no les importa lo que ocurra en la oscuridad pero no son imprudentes y checan más de una vez las cosas que suceden a las 3AM sacando juicios de donde se pueda, por ejemplo de las ropas y peinados... Eso los mantendría vivos para seguir practicando la doble moral.

TeReSa dijo...

No soñaba, pero México y sus ciudades son tan surrealistas