12 de noviembre de 2008

Línea del tiempo


Si no tengo nada mejor que hacer, me pongo a recordar y a partir de ahí me dirijo a la zona vedada de mi mente, es donde encuentro las miserias y las pequeñas alegrías con las que tapizo mi vida. Es el momento de acordarme cuando tenía tantas preguntas pero para la mayoría de los adultos no había tiempo para responderme, al menos así lo sentía yo en mi casa de clase media tirando a baja, no es que me trataran mal mis padres solamente que, tal vez, no sabían tratarme.

Fui una niña de mirada huidiza, de sueños que se reemplazaban conforme pasaba el tiempo, no soñaba con ser princesa sólo con tener una bicicleta más veloz, mi recámara propia, una casa en el árbol y que en navidad nevara, esto último sería casi perfecto si mi casa no estuviese construida tan torpemente y que helara más adentro que afuera. Vaya, los tiempos en que las monedas valían y los regaños dolían.

¿Cómo debiera definirse la generación que nacimos en los 80? Hemos vivimos casi de todo, desde los videojuegos con gráficos complejos, las armas inteligentes destruyendo poblaciones, la aparición de programas amarillistas, devaluaciones, asesinatos sin resolver, guerrillas de souvenir, las computadoras monocromáticas, la tecnología desmedida, la presencia voraz de los medios de comunicación, el internet con sus mitos, poetas, revolucionarios y sabios sin rostro, los amores a un módem de distancia... Somos la generación de la transición, presenciamos el antes y el después en poco tiempo.

Me siento desubicada en ocasiones, aun no encuentro mi lugar en la línea del tiempo, es confuso presenciar la manera en que la tecnología se usa para retroceder como seres humanos. Un pie en el siglo XXI y el otro en la Edad Media.

Apenas he rebasado la veintena de años y he visto tanto. Y sigo con mis preguntas, y ahora que soy adulta no tengo las respuestas.

Como ando con muchas remembranzas, me recordó el cuadro de Dalí "La persistencia de la memoria", tenían razón los que decían que la memoria es sólo para castigarnos.







Noviembre 11, 2008

3 Fisgones morbosones:

Vartan dijo...

No se abrume. La memoria es lo que nos separa de los idiotas.
El problema es la enfermedad historica del periodismo, una continua rectificacion del presente que crea una inseguridad en nuestras creencias y valores.

Belzeebub dijo...

Me satisface ser tu lector, en especial cuando hablas de aquella niña solitaria. Me gustaría que me des tu opinión acerca de este escrito:

http://docs.google.com/Doc?id=dfjnvsj8_0c6z23zcs

Lo escribí al recibir una revista comunista.

TeReSa dijo...

Vartan: Gracias por los comentarios, ya no me siento tan idiota...sólo respiro hondo cuando me desespero así grito más fuerte. Jajaja.

Belzeebub: Gracias por la visita, luego te escribo mi opinión en tu blog.