15 de agosto de 2009

Asimilando



No termino de asimilar la cuestión de preguntarme qué tan completa quedaría en caso de entregar lo más valioso que tengo: mi vida y mi libertad. Sin alguna de esos dos aspectos, ¿estaría feliz de saber que lo entregué por una causa justa y bajo qué circunstancias valdría la pena el sacrificio?

Sigo creyendo en la esperanza, en los ideales, en las personas, en mí.

2 Fisgones morbosones:

Anónimo dijo...

Mmm... Existirá la verdadera libertad? Porque siempre habrá algo que la coharte. Porque quizás la libertad necesita siempre un acompañante, algo que se diferencíe de ella (para poderse ella reconocer a sí misma) y al mismo tiempo ese algo nunca la dejará libre (?). Quizás la única libertad sea estar muerto, ó la única libertad sea la inexistencia de preocuparse por la libertad. Esto anterior querría decir que la vida y la libertad son incompatibles... sera?

El Rulfiano dijo...

Teresa, aprovecha tu libertad, si aun cuentas con ella. No sabes como recuerda uno con nostalgia cuando aun se era libre al ya no serlo más, cuando se era libre y sin dar cuentas ni explicaciones a nadie.
Un beso y un abrazo.